Durante los primeros meses del 2020 la preocupación en torno a la continuidad operacional de las compañías, se enfocó en las nuevas tecnologías que tendrían que incorporar las organizaciones para adaptarse a la nueva realidad mundial. Hoy, el escenario ha cambiado rotundamente y los cuestionamientos no rondan en torno a qué tecnología aplicar, sino cómo pueden avanzar y mejorar con el desarrollo ya aplicado.
Dentro de los cambios tecnológicos implementados, destaca la migración a los servicios cloud, lo que permitió contar con la información en línea, segura, ordenada y consolidada en un solo lugar. Esta migración, provocó una disminución de las soluciones fuera de la nube, en efecto, según cifras del IDC (International Data Corporation) se proyecta que las soluciones on premises - no cloud y dedicadas caerán desde un 46,4% en 2021 a 33% en 2025.
De esta manera, la etapa inicial que consistió en el aprendizaje en manejo de Servicios Cloud y utilización de Data Center quedó en el pasado. Con miras hacia el futuro, lo más relevante es el proceso de adopción pero con variado grado de madurez.
Particularmente, en esta industria, Chile es uno de los países que más ha crecido como polo de inversión para la instalación de estos sistemas operativos. Esta situación presenta grandes desafíos para el futuro, donde se destaca el perfeccionar los servicios que permitan el funcionamiento de operaciones de las empresas sin interrupción a pesar de las adversidades, considerando la gran demanda existente. Para lograr los objetivos deseados, es importante establecer una estrategia sólida basada en una correcta combinación de Servicios Cloud y Data Center.
Un reto fundamental, será continuar en el camino hacia una infraestructura como Utility donde el procesamiento sea cada vez más independiente o relativo en torno a donde se alojen físicamente el equipamiento, pero con foco en la flexibilidad, capacidad de crecimiento, y tiempo requerido para implementar cambios. Además, es importante preocuparse por una infraestructura de procesamiento de alta confiabilidad, sin preocuparse por aspectos técnicos como actualización tecnológica y limitaciones de crecimiento.
En el caso particular de la nube, una de sus características es que es una plataforma de transición y habilitadora de nuevas arquitecturas. La nube híbrida es valorada por las empresas ya que ofrece una solución de transición que reutiliza las inversiones realizadas y adopta la flexibilidad de los servicios cloud, proporcionando una alternativa segura para nuevas necesidades del negocio, como lo son el despliegue de servicios de colaboración, servicios web de alcance global o el despliegue de sites de contingencia ante desastres, los cuales pueden permanecer en stand by disminuyendo radicalmente los costos asociados a la mantención de una infraestructura On Premise.
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